Eficiencia energética: la primera fuente de energía, por delante de cualquier otra opción

A finales de septiembre, la Comisión Europea emitía un comunicado que ha pasado prácticamente desapercibido en el que insta a los Estados miembros a situar la eficiencia energética como la primera fuente de energía, por encima de cualquier otra opción, incluidas las renovables, y les pide priorizar las inversiones públicas y privadas en este ámbito.

El comunicado de la CE dice que hay que considerar la eficiencia energética como una fuente de energía por derecho propio y pilar de la política climática y energética, y pide a los sectores público y privado invertir en ella  antes que en otras fuentes de energía e infraestructuras. También destaca que la aplicación de estos principios permite adoptar una perspectiva social y tendrá un impacto positivo en la lucha conta la pobreza energética. Además, recomienda “considerar la rentabilidad de la eficiencia energética desde la perspectiva del inversor y del usuario final”.


El comunicado de la Comisión lleva por título “Energy Efficiency First: from principles to practice. Guidelines and examples for its  implementation in decision-making in the energy sector and beyond” y pone en contexto estas recomendaciones.  Por ejemplo, establece, entre otras cosas, la necesidad de llevar a cabo un análisis de coste beneficio antes de hacer cualquier inversión para priorizar los proyectos de eficiencia; incluyendo en este análisis no solo los beneficios energéticos sino también los sociales y económicos. También pide que se pongan en pie fondos específicos en eficiencia energética.



La Comisión recuerda, asimismo, que las soluciones de eficiencia energética deben ser ambientalmente sostenibles a lo largo de toda la cadena de valor del sistema energético y que el objetivo de reducir la demanda debe de ser prioritario incluso a alternativas de generación de fuentes renovables.

Reconoce, así mismo, que este planteamiento supone todo un cambio de modelo frente al “tradicional de producción y consumo de energía, basado en grandes proveedores dominados por los fósiles y consumidores pasivos y que pagan el precio, hacia un sistema más flexible, que incorpora tecnologías renovables y se centra en consumidores de energía activamente comprometidos”. Por ello, solicita a los gobiernos de los Estados miembros que empleen el principio de “eficiencia energética primero” como un principio general, que debe aplicarse en un contexto político más amplio, en lugar de como un objetivo de último recurso para reducir el consumo de energía.

Por último, recuerda que este principio, acorde con los objetivos europeos de lograr la neutralidad climática a mediados de siglo, ya está plasmado en distintos instrumentos normativos, como la Directiva de Eficiencia, la Renovation Wave, la Estrategia Europea de Integración del Sistema Energético y la Regulación (EU) 2018/1999 de Unión Energética.